21 nov 2008

Quiero♥

Profesoraaa est va dedicado a tii!! Es de nuevo un One-Shot pero este es mas... cómo decirlo... mas -cof cof-... mas yo...





-¡No te entiendo! No entiendo que es lo que quieres William, me tienes todos los días cuando quieres, arriesgo mis amistades, mis estudios, todo por ti, cada vez que quieres un beso solo me tomas, me agarras sin importar en donde sea, ¡y yo no te digo nada!- se quejaba Evangeline, mirando fijamente al rubio, a ver si así, encontraba algo que saciara sus dudas -No te entiendo... ¿Qué es lo que tanto quieres? ¡Yo te quiero, tú lo sabes! Así como yo sé que tú no sientes lo mismo por mi. No puedo entregarte mi cuerpo sin amor, por más que yo sienta cosas por ti, ¡no voy a acostarme contigo para que tu goces y yo vea como la persona que amo me usa!- continuó con los ojos levemente humedecidos, tratando de hacerlo razonar sin que llegue a enojarse, tarea difícil –En serio William, no te entiendo…

-¿No lo entiendes? ¡¿No lo entiendes?! Deja que te explique…- William levantó la mirada mientras pronunciaba esas palabras, tenía el cabello revuelto de tanto pasarse las manos por el pelo, estaba histérico.Luego de una pausa en la que el rubio suspiró largo y profundamente, profundizó su mirada en la de los ojos color océano.

Sin pensarlo dos veces comenzó a hablar, si lo hacía quizás se arrepentiría.

-Mira Evangeline, sé que es difícil de entender pero…- William volvió a tirarse el pelo hacia atrás mientras cerraba los ojos tratando de tranquilizarse –Seguramente pensaras que soy un degenerado, que siempre pienso en eso y que es para lo único que te quiero a mi lado ¿no?, seguramente también te preguntarás porque a ti, no lo entiendes ya que hay muchas que hasta pagarían por estar en tu lugar...bueno, toma memoria de esto, porque va a ser la primera y última vez en la que te lo diga…¿quedó claro?

Evangeline asintió temerosa, no sabía que esperar de las palabras del muchacho, sintió como su boca se resecaba y sus manos temblaban levemente. En cambio William estaba relajado, no quería que sus nervios interfirieran en lo que estaba a punto de hacer, porque sabía que no se volvería a repetir. Tenía solo esta posibilidad y ninguna más, y ya que le costaba tanto, no quería echarla a perder. Decidió no mirar a la castaña y fijó su vista en una estantería donde reposaban diferentes libros de la gran biblioteca que tenía su colegio, y que ellos usaban para estar solos. Comenzó a hablar…

-Mierda Evangeline, no quiero acostarme contigo por lujuria, y por mas que quisiera, no podría. No quiero despojarte de tu inocencia solo por diversión, no quiero entrar en ti para que después te arrepientas de que yo haya sido aquel que te enseñó, el primero…Yo solo quiero hacerte el amor.

-Quiero rodear mi rostro de tu pelo y embriagarme del aroma salvaje de este, enredarlo en mis dedos, suavizar el tacto en él y sonreír ante cada mechón de rizos cobrizos traviesos que se escapen.

-Quiero hablarles casi en susurro a tus oídos, que escuchen cada sonido de pasión y amor que se fuguen de mis labios, quiero ensordecerlos de palabras nunca dichas por un hombre hacia una mujer, que se llenen de ternura al oírme decir lo que tú significas para mí.

-Quiero mirar profundamente tus ojos y perderme en ellos, quiero ver a través de ellos, quiero observarlos detenidamente y poder contar las distintas emociones que reflejen mientras te hago mía, quiero ser testigo de cada movimiento y adentrarme en tu mirada.

-Quiero rozar con mis labios tu pequeña nariz perfecta, darle tributo a cada una de las pecas que la cruzan y agradecerle por respirar el mismo aire que yo.

-Quiero presenciar el momento en el que tus mejillas se vuelvan de un color rosado para después pasar a ser rojas demostrando así, la vergüenza y el calor por el que experimentas mientras te desnudo, quiero enumerar las pecas rebeldes que las atraviesan, y depositar un beso en cada una.

-Quiero saciar la sed infinita que tengo de tu boca, quiero capturar tus labios con los míos y no dejarlos ir nunca, quiero sentir morir gritos de pasión mientras te beso, quiero suavizar, chupar, controlar, estallar, encontrar, fusionar, succionar, recorrer, memorizar, humedecer, inflamar, besar tu boca; quieto oír cada respiración, cada aliento mezclado con el mío, cada gemido, cada palabra de amor, cada sinceridad, cada sonido ahogado cuando sientas que vas a despertar al mundo entero, quiero escucharlos repetir mi nombre, quiero recordar por el resto de mi vida tus labios carnosos y de color rojizo que ahora son míos, quiero verlos pronunciar miles de palabras que insisten en salir, verlos fruncirse, morderse y humedecerse con un roce de tu lengua, quier verlos abrirse para dejar salir un gemido dedicado a la persona que te hace el amor…yo…

-Quiero hundir mi rostro en tu cuello, examinar cada parte de este, besarlo incansablemente donde te den escalofríos y pasarle la lengua dejando rastros de fuego, marcar mi territorio con un mordisco, porque no quiero que seas de nadie más, solo mía.

-Quiero encontrar en tus brazos protección y volver a sentirme allí un niño indefenso abrigado por el calor de estos.

-Quiero unir tus manos con las mías sin separarlas, quiero otorgarles miles de besos a cada una agradeciendo todas las caricias que me otorgaron y llenaron mi ser de vida otra vez, quiero incitarlas a dejar la timidez de lado y animarse a explorar y recorrer cada parte de mi ser, dejándome así mas sumiso ante ti y mas frágil de lo que alguna vez fuí.

-Quiero darles tributo a tus pechos perfectos y maduros que caben en mi mano, ni más grandes ni más chicos, adaptándose de forma precisa a mi, volviéndome loco de pasión, invitándome a recordarles una y otra vez con mis manos que son míos, atrayendo mi atención y endureciéndose con cada roce de mi piel, de mis palmas, de mis dedos, de mi boca, de mi lengua.

-Quiero recorrer cada centímetro de tu barriga, depositar un beso en cada uno de tus lunares y recordar la pureza de tu ombligo, medir con mis manos tu diminuta cintura, quiero transitar repetidas veces por ese territorio y sentir la delicadeza de tu piel dorada, apoyar mi cabeza y quedarme dormido entre tu pecho y tu panza, sintiendo cada respiración y escuchando el concierto de tus latidos.

-Quiero descubrir cada hueco de tu espalda y acechar las curvas que encuentre, quiero llenar tu columna con dulces besos desde tu cuello hasta el final de tu espalda y encontrar en ella el respaldo que necesito cuando no tengo nada mas, quiero grabar la forma de esta en mi cama para que no se borre nunca más.

-Quiero bajar hasta tu vientre, región desconocida, nunca antes tocado ni por mi ni por nadie, contemplar la flor de tu feminidad y rendirme ante ella, quiero peregrinar por allí con mis dedos y encender cada centímetro de tu cuerpo con mi lengua, quiero adentrarme en lo mas profundo de tu ser y mezclar mi calor con tu humedad, quiero entender una vez mas que eres solo mía, porque mía te voy a hacer y porque mía morirás, quiero embestirte en cada ola de placer con un amor y suavidad nunca antes vista, llenándote de cariño en cada movimiento, adueñándome de ti, tratando de recordarte que te hago el amor porque te amo, sí, solo porque te amo más que a nada en este mundo.

-Quiero estudiar las dimensiones de tus estilizadas piernas, acordarme cada milímetro de estas y no olvidarme nunca de la magnífica forma, textura y color que tienen, quiero estimularlas a que atrapen mi cadera y mi cintura entre ellas mientras me deshago en ti, quiero probar la sensación de pasar mis manos por tus muslos para luego depositarlas en tus rodillas y seguir con tus pantorrillas, antes de transportarlas hasta tus frágiles tobillos.

-Quiero sostener tus pequeños pies entre mis manos, darle rienda suelta a la ternura inigualable que estos me producen, quiero agradecerles por permitirte transitar el camino hacia mí todos los días, quiero rozarlos con los míos cuando en una cama los dos estemos a la misma altura.

-Quiero hacerte el amor, sí. Quiero emborracharme con la sensación de tu piel, sentirla hasta el borde de la locura, palparla hasta quedarme sin tacto, dejar libre a mi olfato para enfermarme de tu aroma, poder mirar sin limitaciones la pureza y suavidad que cada centímetro de tu piel posee, quiero investigar tu cuerpo sin restricciones y admirar tu ser entero sin escrúpulos, que no importe ya ni los nombres, ni las edades, las formas, las razas, los colores, las creencias, la sociedad, lo demás, los demás…que no importe ya nada, solo tú y yo. Quiero tatuar en tu corazón mi nombre, cuidarlo con todas las fuerzas de mi ser, ya que en el mío tu nombre esta escrito imborrablemente y en tus manos lo he dejado, te pertenece.

- Quiero ser el primero que descubra partes intocables de tu cuerpo, quiero ser el primero que te haga suya, quiero adentrarme en ti sin darle posibilidad a nadie mas que lo haga antes, quiero tratarte como una reina, quiero demostrarte que te amo de mil formas sin hablar, quiero hacerte entender que no puedo olvidarte por mas que lo quiera, que me enamoraste y que siento que nunca voy a dejar de necesitarte. Pero antes es imprescindible que sepas una cosa, yo voy a tu ritmo, si tengo que esperarte una vida entera, así lo haré.



William cerró lentamente su boca y bajó su mirada hacia el suelo, dando por terminado su relato. No sabía que venía luego, nunca se había declarado, ¿Qué era lo que tenía que esperar ahora? ¿Una mirada?, ¿una sonrisa?, ¿un abrazo?, ¿una caricia?, ¿unas palabras?, ¿un beso?...no lo sabía y sin embargo no le importó. Poco a poco se fue llenando de una valentía desconocida en él y de alegría también. Era como si se hubiera sacado un peso de encima, como si algo dentro de él se hubiera desinflado y ya no le molestaba ni le pesaba…se sentía libre. No supo porque era pero tampoco le dio importancia. No esperó respuesta alguna por parte de la castaña y levantó la mirada que ahora tenia un brillo especial. Evangeline temblaba de pies a cabeza, sus ojos estaban inundados de lágrimas mientras que varias de ellas caían por sus mejillas, se estaba mordiendo el labio inferior suavemente y lo miraba…lo miraba con un amor inexplicable, infinito. Con un amor que nunca nadie le había dedicado.

William esbozó una sincera y gran sonrisa, se acercó más a ella, le acarició suavemente la mejilla derecha y le depositó un mechón de cabello detrás de la oreja. La miró fijamente a los ojos y habló una vez más…-Sabes que no soy de hablar y excepto por esta vez, nunca más me vas a escuchar decir algo así pero es que…yo solo quiero amarte Evangeline.


Cuando Donde y Cómo ha ocurrido es cosa vuestra...

6 comentarios:

Patricia García-Rojo dijo...

Gloriaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! ¡Una ducha de agua fría ahora mismo!

Te propongo que cuelgues este texto en el blog, en el apartado de narrativa, crea un nuevo tema de conversación. Así podremos comentartelo y te podré señalar algunos detalles que corregir, ¿qué te parece?

Francisco Jesús Guardia Cano dijo...

Me tienes que contar quiénes son William y Evangeline.
¡Pedazo de diálogo poético que se ha tirado William!
En una palabra: SORPRENDENTE.

Perdona que te lo diga, pero en la segunda intervención de William y en el penúltimo párrafo, hay dos "porque" que deberías cambiarlos por " por qué".
Te animo como la maestra a que lo cuelgues en el foro.

"Único"
The Francisco New York Times
Ja, ja.

Virginia Cano dijo...

gloriaaa xulisimooo soi tu faaan!! ^^

Aurora (L) dijo...

quiero investigar tu cuerpo sin restricciones y admirar tu ser entero sin escrúpulos, que no importe ya ni los nombres, ni las edades, las formas, las razas, los colores, las creencias, la sociedad, lo demás, los demás…que no importe ya nada, solo tú y yo.

Cariño eres mala,no me vuelvas a decir q lea una historia tuya porq es malo para la salud,ahora me duele el corazon.
Me encantaaaaaaa!!! (en ocasiones no puedo ser critica)

Gloria-Ioana-Merced dijo...

Sister soy tu fan
tkm wapa

IOANA

Carmen Cabello 2C dijo...

dios gloria me as dejao pasmada estoy joder no hay palbras se me a puesto el vello de punta !!!!!!!!!!me encanta!!!!!!!!!!!