5 abr 2010

A veces me parece que tacho los días de mi calendario solo porque espero que pasen rápido y fácil, que llegue la muerte y me lleve, que no vea nada, que no sufra nada, que nada signifique nada para mí.
Otras, los tacho sin querer tacharlos. Quiero que se queden para siempre en mi mente, que nunca se vayan.
Y no se que parte de mí misma quedarme. Es una tortura vivir con quien vivo, con mi alma, con mi espiritu, con mi forma de ser. Cada una me dice que solo hay una forma correcta de comportarse, y todas las formas son diferentes.
No quiero dinero, ni fama, ni poder, si tuviese el amor. Pero si un dia eso me falta (y ya lo hace) no sé que buscar.
Nadie te dice nunca nada, no te señalan el camino, y se lavan las manos diciendo que cada uno tiene que encontrar su propio camino.
¡Mentirosos todos! Egoístas si lo encuentran, tramposos si lo quieren encontrar
Farsantes
Mentirosos
Desfachados
Imbéciles Incultos.






Como odio mi vida, a veces.

1 comentario:

Patricia García-Rojo dijo...

toc, toc, pequeña Gloria, ¿cabe frente a tanto dolor el consejo de la experiencia? ¡qué me recuerdas a mí!

Juega cada día las cartas que te toca jugar, disfruta de los grandes milagros cotidianos escondidos en los gestos más pequeños y, sobretodo, quiérete, sé justa contigo!

Eres. Todas esas. Todas geniales.