La niña que fui

La niña que fui no me ha abandonado aún, pero he de decir que muy pocas veces me acuerdo yo de ella como debería. ¿Y tu?

Cada vez que algo -un olor, un lugar que hacía mucho tiempo que no veía, una persona determinada- me hace acordarme de mi infancia, me asalta la mente desprevenidamente un detalle nimio, o incluso un sonido determinado de una canción que solo escuché una vez. Y es entonces cuando de verdad sé que la niña que hay dentro de mi está saliendo a la superficie; durante cierto tiempo me acompaña y me hace ver las cosas que veo todos los dias con tedio de manera diferente.

No voy a decir que mi niñez fuera excepcional, pero si que fue única. Sólo yo la viví y eso me complace; pues así se que soy yo la primera y última persona que tendrá la llave para acceder a esos recuerdos que yacen esperando un resorte para salir a la luz. Es apasionante, si lo piensas bien; el saber que aunque tu describas una escena de tu infancia una y otra y otra vez, ésta no perderá ni la ternura con la que la guardas ni la candidez del momento.

A mi me encantan los momentos inmoviles e inmortales plasmados en fotografias, porque me recuerdan la situacion del momento fotografiado. Hay una fotografia que sé que existe y la ando buscando porque me encanta, desprende alegria la mires por donde la mires; pero sin embargo no encuentro sino muy casualmente (claro, cuando la encuentro me digo :"vamos a ponerla en un sitio donde no se estropee" y acabo escondiendola mejor que si me lo propusiera...).

¿Tu no tienes también guardados momentos especiales de tu niñez? Mi mas preciado momento de la niñez es el momento en el que vi por primera vez a mi osito de peluche "Osito" y aún ahora huele igualito igualito a entonces (Si, no es muy original...¡Pero tenía cinco años, no más!)